Programa Política y Sociedad
30/09/2024
I.-ANTECEDENTES
Actualmente, el Gobierno está impulsando en el Congreso Nacional un Pacto Fiscal y la reforma del sistema de pensiones. En ambas Iniciativas se contemplan aumentos permanentes de impuestos y cotizaciones, pero también algunas medidas supuestamente temporales.
Así, por ejemplo, una de las propuestas principales del Gobierno es incrementar la cotización previsional de los trabajadores del 10% al 16%. De este aumento del 6%, un 3% se destinaría a las cuentas individuales de cada trabajador, mientras que el otro 3% se pagaría como un aporte reembolsable que se destina a un Fondo de Acumulación, Compensación y Garantía del Seguro Social, acercándose a un modelo de reparto.
El "Aporte Reembolsable", sería lo que paga cada trabajador de su sueldo y se destinaría a ese fondo, el cual consiste en utilizar 2 puntos porcentuales de la cotización del trabajador durante los primeros 20 años, reduciéndose gradualmente en los años posteriores. Durante el proceso de cotización, el Fondo emitirá un instrumento financiero endosable, similar a los bonos de reconocimiento, que será depositado en el Depósito Central de Valores.
II.- UNA TEMPORALIDAD POCO CREÍBLE
Es una práctica recurrente que los Gobiernos, al anunciar un aumento en los impuestos, muchas veces intentando matizar lo impopular de la propuesta, anunciar que las medidas serán "temporales", argumentando que están diseñadas para atender necesidades excepcionales o urgentes. Un "impuesto temporal" se introduce con la promesa de que su aplicación será limitada en el tiempo, presentándose como una solución transitoria para enfrentar situaciones de urgencia, como un déficit fiscal o la necesidad de financiar programas específicos.
Este enfoque por tanto, busca reducir el rechazo que normalmente acompaña este tipo de decisiones, ya que se da a entender que, una vez superada la situación, el impuesto será retirado o reducido.
Sin embargo, la experiencia en numerosos casos- si no en la mayoría- ha demostrado que estas promesas rara vez se cumplen. En la práctica, lo que comienza como un alza de impuesto temporal tiende a volverse permanente. Es común que las autoridades extiendan la vigencia de estas medidas a través de prórrogas legislativas o decretos, sin que se cumpla el compromiso inicial de reducir o eliminar el impuesto. Como resultado, lo que en un principio se plantea como una solución provisional termina consolidándose como un impuesto permanente, afectando, con todo lo que el aumento desmedido del gasto público implica, a toda la sociedad.
III.- UNA PRUEBA IRREFUTABLE: CASO IVA
Un ejemplo destacado en nuestro país es el Impuesto al Valor Agregado (IVA). A comienzos de los años 90, la tasa del IVA era del 16%, pero en 1990 se aprobó una ley que lo incrementaba "temporalmente" al 18%, con vigencia hasta 1993. No obstante, esta medida, que se presentó como una solución provisional, fue prorrogada mediante otra ley, manteniendo la tasa del 18% hasta 1995. Posteriormente, esta prórroga se extendió mediante decretos con fuerza de ley, lo que convirtió esta alza, originalmente temporal, en una medida permanente. Así, la promesa de que el aumento sería transitorio nunca se cumplió.
Este tipo de práctica no fue exclusiva de los años 90. En 2003, se aprobó una nueva ley con el objetivo de asegurar el financiamiento de los programas sociales prioritarios del Gobierno, la cual elevó nuevamente el IVA del 18% al 19%. Al igual que antes, se justificó este incremento como una medida temporal, con la promesa de que la tasa del impuesto volvería al 18% a partir del 1 de enero de 2007. Sin embargo, esta reducción nunca se implementó, y el IVA ha permanecido en el 19% hasta la actualidad, sin señales de revertirse.
IV.- CONSIDERACIONES
En el contexto actual de la reforma del sistema de pensiones, la propuesta del Gobierno de aumentar la cotización previsional de los trabajadores del 10% al 16% presenta elementos que deben ser analizados con precaución. Si bien la distribución de este proyecto, donde un 3% se destinaría a cuentas individuales y otro 3% a un fondo de seguridad social, busca aumentar las actuales pensiones, surge una legítima preocupación sobre la temporalidad de medidas como el "Aporte Reembolsable". Este aporte del 2% durante los primeros 20 años, con la promesa de su reducción posterior, recuerda casos anteriores donde promesas similares de temporalidad no fueron respetadas.
El financiamiento del “Fondo de Acumulación, Compensación y Garantía del Seguro Social” podría mejorar las pensiones actuales, pero a un costo altísimo:
No hay certeza que este préstamo sea tan rentable para el trabajador como otros instrumentos ya existentes.
No hay garantías claras de que los aportes sean efectivamente devueltos a los trabajadores,
Expertos advierten la insostenibilidad de esta medida a largo plazo.
Probablemente- según indica la historia y la experiencia-, la reducción paulatina que se promete en el anuncio, no sea respetada en su momento.