Durante las últimas semanas se ha planteado en redes sociales la existencia de una mayor proporción de muertes por COVID-19 en comunas del Gran Santiago con mayor vulnerabilidad social. En esta línea, en el portal digital Interferencia.cl se publicó, en la madrugada de este 23 de septiembre, un artículo donde se presentan gráficos que exponen una relación entre la pobreza multidimensional y la “tasa de mortalidad ajustada” del virus por comuna, sugiriendo entre otros elementos, que “una persona que vive en Cerro Navia tiene más probabilidades de morir por Covid-19 que una persona que vive en Vitacura.” [sic]. En el fondo, lo planteado sería que el grado de pobreza multidimensional de la comuna en que reside el paciente tendría alguna incidencia. Lo anterior deja entrever que existiría un trato preferente por parte del sistema de salud frente a la atención que reciben las personas para manejar los síntomas causados por el virus en comunas de mayores ingresos en desmedro de comunas de menores ingresos. Lo cierto es que hoy el sistema de salud aborda de forma unificada la pandemia, administrando el MINSAL tanto la red estatal como la privada en cuanto a los esfuerzos por combatirla, utilizando los recursos que han sido necesarios y generando incluso traslados de pacientes entre centros de atención y ciudades de distintas regiones del país, para asegurar la correcta atención de los personas, así como la operatividad de la red
Aunque la correlación entre pobreza multidimensional y la tasa ajustada de mortalidad muestra una relación considerable de ambas variables, estos datos sólo refuerzan la importancia de políticas focalizadas para mejorar la calidad de vida de comunas con mayores necesidades. Por el contrario, no dan espacio para pensar que alguien que contrae el virus, tendrá mayor posibilidad de morir por encontrarse en una u otra comuna del Gran Santiago. Esta distinción es fundamental y la profundizamos a continuación.
Fuente: Interferencia.cl (1)
La tasa de mortalidad cada 100.000 personas y ajustada por población estándar, sexo y edad, permitiría comparar grupos poblacionales sin tener la distorsión producida por las diferencias de la composición etaria de cada grupo poblacional. En otras palabras, permite comparar, frente a un virus que es más riesgoso para la vida de los adultos mayores, una comuna con mayor población de la tercera edad con una con mayor población juvenil sin que aquello afecte de manera inadecuada la tasa de mortalidad. Dicho lo anterior, realizar una comparación del “riesgo de morir” según la comuna de residencia a partir de la mortalidad resulta incompleto e inadecuado, ya que la tasa de mortalidad (2) no considera la cantidad de contagiados que tiene la comuna, o bien, asume que ambas comunas tienen igual cantidad de contagiados.
Ya que la tasa de mortalidad, incluso con ajustes, depende de la cantidad de personas fallecidas en una comuna, es altamente sensible a la cantidad de contagiados. Es de sentido común pensar que, entre más contagiados tenga una comuna, tendrá mayor cantidad de fallecidos por el virus. De esta manera, la forma de saber si se tiene mayor riesgo de muerte residiendo en una comuna u otra es comparar la letalidad: qué proporción de los contagiados con COVID-19, finalmente, fallece. Cuando realizamos dicha comparación los resultados son los siguientes:
Fuente: Elaboración propia con datos de DEIS, INE y CASEN 2017
El anterior gráfico muestra que para un mismo nivel de letalidad, existen comunas con distintos niveles de pobreza. Si consideramos los datos de la fuerza de la correlación y el valor del R^2, nos aseguramos de que no existe una relación descriptiva o empírica del comportamiento de los datos. En otras palabras, la pobreza y la letalidad no estarían relacionadas ni influirían la una en la otra de una manera significativa.
A modo de ejemplo, si nos detenemos a observar a las comunas de Vitacura -que posee una letalidad cercana al 4,1%- (3) y Cerro Navia -con una letalidad cercana al 4,05%- queda en evidencia que el nivel de pobreza multidimensional no tiene impacto en la letalidad, pues la primera comuna mencionada posee una incidencia del 3,5% en comparación a la segunda, que mantiene un 34,6% de pobreza.
Dicho lo anterior, y habiendo descartado la relación entre pobreza y letalidad, es necesario hacerse cargo de lo que sí muestra el gráfico expuesto por Interferencia.cl. Allí, la relación entre mortalidad y pobreza existe, pero se explica por lo siguiente:
Fuente: Elaboración propia con datos de DEIS, INE y CASEN 2017
Al comparar pobreza con proporción de contagiados, la relación entre ambas variables es significativa y ascendente, es decir, que a mayor pobreza multidimensional en las comunas de la conurbación de Santiago, una mayor proporción de la población de dicha comuna se ha contagiado. Aquí hay una serie de factores que valdría la pena evaluar como lo son el hacinamiento, la informalidad laboral y la aplicación de las medidas de prevención por parte de las personas, todo lo anterior podría influir en una mayor proporción de contagiados. Dicho aquello, al hacer un análisis de correlación entre cantidad de fallecidos y cantidad de contagiados por comuna, obtenemos una correlación de 0,9 que es muy significativa. Como es intuitivo y de sentido común, uno puede esperar que la cantidad de contagiados en una comuna tenga mucha influencia sobre la cantidad de fallecidos e, incluso, que se vinculen a través de una causalidad. Siguiendo la lógica, la mortalidad está muy vinculada a la cantidad de contagiados, la cantidad de contagiados con la proporción de ellos, a la vez que la proporción de contagios está relacionada con la pobreza. Es a través de ese camino que la mortalidad y la pobreza resultan en un gráfico que muestra relación significativa, pues existe otra variable que las relaciona.
Lo anterior es relevante porque se ha mal utilizado la falsa relación entre mortalidad y pobreza para sugerir un trato desigual desde los servicios de atención de salud para combatir la pandemia y prestar apoyo a las personas según su nivel socioeconómico. Lo cierto es que despejando dudas sobre la inexistencia de dicha relación y observando los datos de letalidad, no hay razones para pensar que la atención recibida por una persona contagiada de COVID-19 en Vitacura es distinta a la que reciben aquellos contagiados en Cerro Navia.
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(1) https://interferencia.cl/artic...
(2) Que podría entenderse como la cantidad de fallecidos que tendría la comuna si tuviera 100.000 habitantes pero se mantuviera la proporción de fallecidos que efectivamente tiene, según su población real. Su objetivo es hacer comparables a comunas con distinta cantidad de población.
(3) Esto quiere decir que los fallecidos por Coronavirus en la comuna corresponden al 4,1% de los casos confirmados.
ACTUALIZACIÓN (7 de Octubre):
El día 30 de septiembre, el medio La Tercera (1) recogió un pasaje de nuestro análisis en un perfilamiento de la discusión sobre la letalidad o la mortalidad como indicadores de probabilidad de muerte y su relación con la vulnerabilidad. Allí se presenta, para la Región Metropolitana, el dato de “Mortalidad Ajustada” que, si procedemos a comparar en base a nuestro planteamiento, mantiene la siguiente relación con la Tasa de Incidencia que es información pública y entregada por el Minsal:
Fuente: Elaboración propia con datos de DEIS, MINSAL y LT
El elemento central de lo aseverado en interferencia.cl sobre un eventual trato desigual por parte del sistema y personal de salud hacia los contagiados de Covid-19, era la alta mortalidad en aquellas comunas con mayor pobreza multidimensional. Entendiendo que la mortalidad puede verse gravemente distorsionada por la proporción de contagios -la incidencia (2)- fue relevante observar dicha variable. Comparando la tasa de mortalidad ajustada que expone La Tercera con la correspondiente Tasa de Incidencia, podemos observar que la relación entre ambas variables es significativa, incluso sin obviar las comunas que se omiten en el artículo original de interferencia.cl, que apuntaba a la conurbación de Santiago.
Esto refuerza el argumento planteado: Lo que se expresa en la relación entre mortalidad y pobreza no es un trato desigual, por el contrario, principalmente, es una mayor posibilidad de contagio en comunas más vulnerables, pues existe una mayor incidencia. Si vamos al caso concreto, por ejemplo, de Vitacura y Cerro Navia, la primera comuna tiene un bajo nivel de mortalidad ajustada a la vez que tiene baja incidencia, es decir, tiene pocos fallecidos a la vez que tiene pocos contagios. Por otra parte, la comuna de Cerro Navia posee una mayor mortalidad ajustada como también una mayor incidencia, en otras palabras, posee más fallecidos pero también más contagios.
(1) https://www.latercera.com/naci...
(2) La incidencia puede entenderse como la cantidad de casos confirmados que tendría una comuna si tuviera 100.000 habitantes, en el caso de que mantenga la misma proporción de casos que hoy mantiene respecto de su población real.
Por Patrick Poblete S.
Investigador Instituto Res Publica