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OPINIÓN

La política es dinámica

El domingo 13 de junio Claudio Orrego obtuvo un gran triunfo como gobernador de la Región Metropolitana. El dirigente, miembro de la Democracia Cristiana, muestra una de las características más propias y claves de la actividad política, como es su dinamismo.

Un mes antes, tras las elecciones del 15 y 16 de mayo, la DC aparecía como un partido casi moribundo, que apenas había alcanzado a elegir algún miembro para la Convención constituyente y no lograba obtener buenos resultados generales ni tampoco conducir ni la discusión pública. Por otra parte, la antigua Concertación de Partidos por la Democracia sufría una derrota histórica, que la dejaba a la vera del camino, como parte de los treinta años que se querían dejar atrás.

Las cosas han cambiado en poco tiempo y los resultados para las elecciones presidenciales y parlamentarias de noviembre próximo permanecen abiertas. En las encuestas siguen apareciendo arriba un líder de la izquierda como Daniel Jadue y uno de la derecha como Joaquín Lavín. Pero también ha emergido Yasna Provoste, quien ni siquiera compitió en las primarias de su partido, pero que podría terminar siendo la candidata de la centroizquierda, que también ha decidido llevar una lista parlamentaria común, aunque no logró inscribir primarias legales.

Por otra parte, si bien la centroderecha ha sido derrotada en forma clara en las elecciones para constituyentes y para gobernadores, en numerosas regiones se alzó como la segunda fuerza política, lo que le permite abrigar esperanzas a nivel parlamentario. Además determinó el triunfo de Orrego en Santiago. Finalmente, la izquierda parecía dominar los vientos de la historia, pero en la capital la campaña, declaraciones y errores de su candidata provocaron en buena medida su derrota.

En las elecciones todos los aspectos serán relevantes: los candidatos, sus programas, las fuerzas políticas que los acompañen, los adversarios que tengan al frente. Los aciertos serán recompensados y los errores tendrán consecuencias. Las listas parlamentarias ayudarán al candidato presidencial y viceversa. Finalmente, el ritmo que tome la Convención constituyente también marcará el ánimo político de las elecciones que definirán en parte el futuro de Chile.

Es bueno dejar atrás las declaraciones grandilocuentes y la soberbia, ponerse a trabajar en serio y en equipo. Es lo que queda de las últimas experiencias electorales.