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OPINIÓN

Jadue y la Teoría Valor-Trabajo

Daniel Jadue, actual alcalde de Recoleta y precandidato a la Presidencia de Chile, aseguró en televisión abierta que “las empresas que no son exitosas, que no son capaces de pagar buenos sueldos, que no son capaces de contribuir al Estado, sencillamente, no pueden existir”. Estas declaraciones caen como un balde de agua fría a cualquier persona que haya intentado alguna vez levantar un negocio y señalan un importante grado de desprecio hacia el emprendimiento y la actividad privada por parte de Jadue. Pero esta declaración no se sostiene solo en el deseo del candidato en definir lo que es un “buen sueldo” o qué implica “contribuir al Estado”, sino que se funda en un elemento central de las ideas de Karl Marx: la refutada Teoría del Valor-Trabajo; la dualidad entre Valor de Uso y Valor de Cambio.

Dicha teoría sostiene que el valor en bienes y servicios es producido únicamente por el trabajo que toma materias primas y ofrece un producto final. De esta forma, la diferencia entre el precio de venta y la suma de los costos de las materias primas, sería el costo del trabajo, o bien, el salario del trabajador. Esto se elabora desde la teoría objetiva del valor, que indica justamente que el valor -el precio- es único, predecible y universal para cualquier bien, pues depende de los costos de su producción. El problema para estas ideas es que lo planteado por ellas no se condice con la realidad.

La verdad es que esta teoría fue rápidamente refutada con base la teoría subjetiva del valor, que constata correctamente un hecho: las personas asignamos un valor, una disposición de pago, diferente y particular según el contexto. Así, una persona pagaría más por cierto alimento en un instante en el que siente apetito, cayendo notoriamente la cantidad de dinero que estaría dispuesta a pagar por el mismo alimento habiendo comido previamente. Cada quien asigna un valor a los bienes y servicios y si ese valor subjetivo es mayor que el precio de venta del producto, las personas tenderán a comprar. Si el valor subjetivo es menor al precio de venta, la compra perderá sentido.

Teniendo en cuenta lo anterior, cobra relevancia el siguiente paso lógico. Marx planteaba que, ya que el trabajo es lo único que produce valor, el capitalista roba y explota al trabajador, pues desvía para sí riqueza que a él le correspondería, la plusvalía, y por tanto se justificaría hacer la revolución para emancipar a la clase oprimida.

Comprender estas ideas, que podrían calificarse de anacrónicas dado que la creación de valor, la innovación y el emprendimiento son valores actualmente relevantes para la sociedad, cobra importancia toda vez que existen candidaturas y electorados que las promueven tanto en Chile como en el continente. Ciertamente es un riesgo que una convicción ideológica que considera deshonesta y dañina la labor empresarial, cobre relevancia en el país. La instalación de estos ideales deben ser una señal de alerta para las Pymes y las empresas, para la creación de riqueza y de trabajo y, por tanto, para el país.