Por José Francisco Lagos, director ejecutivo Instituto Res Publica
Ayer, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) dio a conocer el IPC de octubre. Este tuvo un aumento de un 1,3%, lo que se ubica por sobre las expectativas del Banco Central. Esto conlleva a que estemos en cifras históricas de inflación para la historia reciente de Chile, siendo la mayor de los últimos 13 años.
En una columna de mayo, en estas mismas páginas, el periodista Daniel Matamala señalaba que la exageración que se hacía de las consecuencias de las malas políticas públicas producía un efecto parecido al del cuento “Pedrito y el lobo”, porque se advertían las penas del infierno y terminaban siendo acotadas. Esto significaba una pretensión de infantilización de la ciudadanía, entendiéndola como incapaz de hacer los matices necesarios a la hora de analizar una propuesta de política pública. Sin embargo, el columnista comete el mismo error que denuncia: generaliza varias de las consecuencias que advirtieron los expertos frente a los retiros de fondos de pensiones, como si se tratara -nuevamente- de una mera exageración.
La verdad es que ya ha pasado tiempo suficiente para que podamos evaluar lo correcta e incorrecta de la implementación de los retiros y lo acertadas o no que fueron las consecuencias que advirtieron los especialistas.
En primer lugar, la consecuencia más lógica que es la disminución de los fondos de los trabajadores se materializó en hechos concretos y muchos chilenos se quedaron sin fondos en sus cuentas. Esto aparentemente no tendría ningún efecto sobre las mismas personas, pues se piensa que es lo mismo tener pocos recursos que ninguno. Sin embargo, el costo social asociado a la recuperación de esos recursos hará que destinemos dinero en reemplazar plata que ya existía, en vez de destinarla para otras necesidades de los chilenos.
En segundo lugar, la fragilidad e incertidumbre en el mercado de capitales ha hecho que el fondo de pensiones que era más seguro haya tenido pérdidas históricas, y productos de acceso masivo y comparativamente baratos, como los créditos hipotecarios, se encarecieron poniéndole una traba más a quienes trabajan para conseguir el sueño de su casa propia.
Por último, la inflación está latente. La incertidumbre internacional ha hecho que productos cruciales hayan aumentado de precio, sin embargo, no hay que perderse. La principal causa de la inflación en Chile es lo que hemos hecho los chilenos, a través de la entrega intensa de recursos por el gobierno y la inyección importante de liquidez que causaron los retiros de fondos previsionales.
Estas son algunas de las consecuencias que ya estamos viendo, pero no sabemos las que se seguirán produciendo, menos aún si es que se aprobara un cuarto retiro. A esta situación le podemos llamar “cuco” o como sea, pero lo que es cierto es que estamos en peores condiciones que hace dos años y las causas no hay que salir a buscarlas muy lejos.