Después de conocidos los resultados de las elecciones del domingo 21 de noviembre, las candidaturas que lograron pasar a segunda vuelta empezaron a reestructurar sus estrategias y a sumar apoyos de sus adversarios de campaña. Hasta ahí, todo normal.
Sin embargo, una de las cosas que llamó la atención, fue el énfasis que Gabriel Boric le ha dado a temas como la seguridad pública, el narcotráfico y la lucha contra la violencia. Esos fueron de los grandes ausentes en sus temáticas de campaña en primera vuelta, y también son muy destacados por su contendor, José Antonio Kast.
Esto sin duda representa una dificultad para la candidatura de Boric. Primero, por lo complejo de que en menos de un mes de campaña esa nueva postura cale hondo en la ciudadanía. Segundo, frente a la pregunta de por qué no se pronunciaron antes respecto a estos temas, la respuesta es insuficiente, lo que hace ver que se trataría de un mero interés electoral. Por último, por el actuar contradictorio que ha tenido él y su coalición respecto de estas materias.
El mismo día en que Gabriel Boric decía que se oponía a la violencia, su coalición y él mismo rechazaban la extensión del estado de excepción constitucional en La Araucanía, medida ampliamente respaldada por la ciudadanía en la consulta ciudadana organizada por el gobernador regional y varias municipalidades. Punto en contra.
Mientras Gabriel Boric decía que no se puede indultar a quienes han quemado iglesias, Pymes o han saqueado, miembros de su coalición se manifestaban en la Universidad de Concepción en rechazo de las querellas que presentó la institución contra quienes están detenidos por los mismos hechos causados en sus instalaciones. Es más, el propio Boric, en el debate presidencial de las primarias, ha propuesto el indulto para aquellos hechos de violencia. Dos puntos malos.
Después de la agresión a José Antonio Kast en Lo Espejo, un partidario de Boric, el alcalde de Valparaíso, expresó: “no olvidemos que la violencia y las funas lo benefician porque lo victimizan. En conclusión, daría lo mismo la violencia y si esta es aceptable o no, simplemente no habría que hacerlo porque beneficiaría a la víctima de esos ataques. Un error táctico, como se dice”.
Todo lo anterior lleva a pensar que ya es muy tarde para este tipo de volteretas. Para decir que se está en contra de la violencia y a favor de la seguridad pública, no se necesitan un par de declaraciones en un matinal, se requieren acciones concretas y sostenidas en el tiempo. De lo contrario huele a impostura, a mero interés electoral, algo que la ciudadanía no se merece.
José Francisco Lagos, Director Ejecutivo IRP