Las elecciones generales que vivió Chile el pasado 21 de noviembre sorprendió a muchos. Por un lado, la mayorÃa de los consejeros regionales electos, pertenecen a la centroderecha. En segundo lugar, la elección parlamentaria otorgó resultados históricos en el Senado, entregándole una mitad inédita a la centroderecha, y un muy buen resultado en los escaños de los Diputados. Y, por último, la primera mayorÃa por parte de José Antonio Kast.
Esto se enmarca dentro de un contexto complejo. Tras las masivas movilizaciones de octubre del 2019, se convocó a un plebiscito para modificar la constitución. Este tuvo una amplia participación y los miembros electos para conformarla eran en su mayorÃa de izquierda. Este antecedente, hacÃa presumible que la izquierda volviera a tener un buen resultado en las elecciones generales, sin embargo las encuestas indicaban que podrÃa producirse otro resultado.
Asà fue. La centroderecha tuvo un resultado superior al esperado y con muy buenas chances de gobernar por los próximos cuatro años.
Si bien, el candidato que pasó a la segunda vuelta, ya no pertenece a la coalición de gobierno, es bueno destacar que su partido fue en una lista en conjunto para la elección de constituyentes y él personalmente perteneció durante mucho tiempo a la coalición, asà como también sus asesores y colaboradores más cercanos.
Por el otro lado, Gabriel Boric fue un dirigente estudiantil, que armó un movimiento más a la izquierda de la ex Concertación. Si bien su figura se ha destacado por ser dialogante, su coalición no. De hecho, el principal partido de su coalición es el Partido Comunista, que por primera vez tiene chances de llegar al gobierno como socio mayoritario.
En este escenario, el panorama de campaña se ve un tanto complejo. Primero porque será dicotómico. Desde los sectores de derecha se intentará plasmar la disyuntiva entre libertad y comunismo. Desde la izquierda se intentará plasmar la disyuntiva entre democracia y fascismo. Si bien, ambas son caricaturas que surgen a propósito del contexto binario de la elección, esto puede tener consecuencias graves al exacerbar las contradicciones entre los contendores.
En segundo lugar, la centroizquierda está en uno de sus peores momentos, y eso le hace mal a Chile. La pérdida de identidad propia, el apoyo a lÃderes extremos y el desconocimiento a su propio legado, ha provocado que tengan una debacle electoral en las últimas elecciones, que los tienen empatados con la izquierda más dura en el congreso y su candidata terminó quinta en la elección presidencial.
En tercer lugar, la irrupción del partido Republicano, hará que se produzca una reconfiguración de la centro derecha, aún no es clara en qué dimensión, pero es claro que puede significar cambios importantes en su estrategia para los próximos años.
En ese sentido, es útil entender qué se juega Chile en este proceso electoral en diversos aspectos. El factor económico y de desarrollo es el principal que estará en disputa. Si Chile sigue la senda de los últimos años o da un giro en 180 grados. Por ahà puede haber un nicho a favor de Kast. El auge de la clase media, sus expectativas y las oportunidades obtenidas, difÃcilmente quedarán relegadas a un segundo plano cuando vayan a las urnas.
José Francisco Lagos
Director Ejecutivo IRP