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OPINIÓN

José Francisco Lagos: La gran encrucijada de la Convención

En los momentos que escribo estas líneas se está determinando quién dirigirá la Convención Constitucional por el llamado “segundo tiempo”, los seis meses restantes del proceso constituyente donde, entre otras cosas, se debe presentar la propuesta final de Nueva Constitucional de cara al plebiscito de salida.

Lo anterior es relevante, sin embargo va a ser secundario frente a otro fenómeno: el rol que jugará la Convención Constitucional a propósito del gobierno electo de Gabriel Boric. Conocido por todos, es la minoría que tendrá Apruebo Dignidad en el Congreso Nacional. De hecho, es la menor minoría de un gobierno desde la vuelta a la democracia, con solo un 24% de los diputados y un 10% de los senadores. Esto hace pensar que el Congreso será una difícil vía para el próximo gobierno, especialmente si consideramos el tipo de oposición que ellos han ejercido, frente a la posibilidad de llegar a acuerdos.

Es por esto que una vía de escape posible para el próximo gobierno es, precisamente, la Convención Constitucional. Si bien la izquierda tiene una mayoría importante, esta tiene un carácter bastante inorgánico y ha mostrado dificultades de coordinación, como por ejemplo con la reciente elección de la nueva directiva de la Convención. Sin embargo, el rol que puedan tener los Constituyentes en el plano que la discusión constitucional reviste mayor atención en la medida que se acerque la fecha del plebiscito, y le da una oportunidad al Presidente electo y a su equipo.

Sin embargo, esta opción es un riesgo evidente. Pues, lo que haga el gobierno de Boric va a repercutir en la discusión constitucional, y posiblemente en el plebiscito y, lo que haga la Convención Constitucional va a repercutir en el gobierno. Esta relación incestuosa es un arma de doble filo, debido a que el plazo del plebiscito coincidirá posiblemente con el entrampamiento de la agenda del gobierno por su falta de mayoría legislativa.

La Convención, entonces, está en la encrucijada de seguir un camino propio, independientemente de las decisiones que tome el gobierno. Eso es bastante improbable, dado el breve historial que ya conocemos respecto al nombramiento de la mesa de la Convención y los nombres que se han bajado para dar gobernabilidad. Y, la otra opción sería actuar de forma coordinada con el próximo gobierno, con los beneficios, pero también con los costos que eso trae. Veremos qué pasa.


José Francisco Lagos

Director Ejecutivo IRP