Faltan 47 días para el cambio de mando. Desde marzo la nueva administración deberá enfrentar una serie de problemas que esperan solución por parte de la ciudadanía.
Uno de los temas más importantes y que se tomará la agenda del nuevo gobierno, es la Araucanía, un conflicto que todos los gobiernos heredan a sus sucesores y que pareciera que ninguno ha estado a la altura de enfrentar.
El aumento de la violencia en dicho territorio ha escalado a niveles nunca antes vistos, solo en una semana han perdido la vida a manos de terroristas cuatro personas, entre ellas tres hombres de 21, 22 y 44 años, además del agricultor Joel Ovalle, en este último caso, se ha señalado que las balas que le dieron muerte iban dirigidas con nombre y apellido. Sumado a estos casos, no debemos olvidar la lamentable situación a la cual se vio expuesta una familia de la comunidad de Bayo Toro que vio perder su cosecha producto del fuego, el cual fue provocado por terroristas que exigían la cosecha de su campo, esto solo en lo que va del año.
El panorama es claro y los habitantes de la zona piden a gritos que esta situación se termine, la inseguridad y miedo constante con el cual viven es terrible ya que no solo su trabajo de años vive peligro, sino que la vida de ellos y de sus familiares prácticamente depende de los terroristas que viven en las zonas aledañas. Lo anterior toma aún más relevancia e incrementa el problema debido a que el miedo se mezcla, con la impotencia de ver como estos asesinos justifican el actuar como una supuesta reivindicación de derechos y la frustración de pedir ayuda y que no ocurra nada.
Las imágenes son brutales, con fotos y videos de hombres encapuchados que nos hacen trasladarnos a otros tiempos o lugares, donde el terrorismo es pan de cada día. Sin embargo, pareciera que en el resto de Chile estas imágenes no producen más que indiferencia respecto a las víctimas de esta violencia.
En la Araucanía hay terrorismo, por lo que el nuevo gobierno debe enfrentarlo como tal al buscar soluciones. Las propuestas de mero diálogo –incluso con violentistas- dejan mucho que desear ya que es una burla para los cientos de familias que a diario deben lidiar con la violencia y que han evidenciado que este tipo de soluciones no sirve, y no son más que palabras de buena crianza.
El viernes recién pasado tuvimos el anuncio del gabinete que asumirá en marzo de este año, en la cual Izkia Siches fue nombrada como Ministra del Interior, sin duda un gran desafío, ya que la ciudadanía espera que se ponga fin a este eterno conflicto, por lo que tiene en sus manos el salir victoriosa y enfrentar el terrorismo como tal o sumarse a la lista de fracasos en esta materia.
Esperemos que en estos días tras la ola de violencia que hemos evidenciado se recapacite y el nuevo gobierno enfrente el terrorismo como se debe hacer. ¿Tendrá que llegar este drama a Santiago para que alguien haga algo?
Isabel Lavaud
Investigadora Instituto Res Publica