SEÑOR DIRECTOR:
El Presidente de la República tenía a todo el país expectante. Se necesitaba mostrar un claro golpe de timón que asumiera el desastre electoral del Apruebo el 4 de septiembre.
Luego de haber decidido ser el líder de la campaña de la izquierda -sin escatimar en recursos, ni guardar formas- estaba claro que debía hacerse cargo de una derrota que no puede evadir la lectura en clave personal y gubernamental, además de constitucional. Lamentablemente, el ajuste ministerial fue desprolijo y su improvisación solo consolidó la imagen de un cambio tardío e insuficiente.
Llega tarde porque se han perdido seis meses valiosísimos en los que se ha relegado hasta el extremo las prioridades sociales que preocupan a todos los chilenos. Es insuficiente porque no se ocupa de la rectificación democrática que exigieron casi 8 millones de compatriotas en las urnas, donde el pueblo se manifestó contra una irresponsable refundación. Como si fuera poco, al recurrir a figuras de los 30 años y tratar de resucitar el “realismo sin renuncia”, queda en el peor de los mundos porque le da la espalda a los revolucionarios de octubre de 2019, quienes de seguro no estarán satisfechos con los cambios. Todo indica que no será suficiente el guiño de duplicar la presencia del PC en el comité político.
Estará por verse cómo resulta esta nueva apuesta del Presidente Boric, porque como él mismo dijo “se agotó el tiempo” en que eran novedad. De constatarse que el equipo nuevamente no funciona, más vale rectificar pronto y en profundidad, como corresponde.