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OPINIÓN

José Francisco Lagos: Consecuencias de justificar la violencia

SEÑOR DIRECTOR:

Marzo siempre ha sido un mes complejo, particularmente por el retorno a clases y el fin de las vacaciones. Sin embargo, este marzo va a ser particularmente acontecido en materia política.

Los vientos que hacen sospechar un cambio de gabinete y la entrada en un período electoral no son los únicos problemas a los que se enfrentará el gobierno, también será la marcha feminista del 8 de marzo y las manifestaciones anunciadas por los estudiantes secundarios.

Este escenario despierta una alerta para el Ejecutivo. No es una incógnita para nadie que la coalición de gobierno ha apoyado abiertamente estas causas, especialmente siendo oposición. La respuesta a estas demandas puede tensionar aún más las diferencias entre el Socialismo Democrático y Apruebo Dignidad, en el sentido de sumarse sin condiciones a lo que la calle dice, tal como algunos sectores sugerirían en el caso de encontrarse en la oposición; caer en el mero simbolismo, o rechazar aquellas implicancias más extremas de las demandas.

Adicionalmente a lo anterior, el factor de la violencia también podría retomar un rol protagónico. La relación del gobierno con esta tiene bastantes aristas. Una de ellas es lo que dijeron cuando fueron oposición respecto a que cualquier intento de retomar el orden público e, incluso algunas veces, el estado de derecho, se trataba de una afrenta contra la ciudadanía. Cabe recordar que los mismos que antes acusaban una militarización de La Araucanía son quienes han renovado más de 10 veces el estado de excepción constitucional en la Macrozona Sur; los mismos que cuando Carabineros actuaba para resguardar el orden público en los sectores cercanos a Plaza Italia los acusaban de violadores de derechos humanos, y así un amplio etcétera.

Ejemplos de que una mala conducción de este problema puede causar estragos lo vemos en la Municipalidad de Santiago. Es evidente que Irací Hassler se ha visto desbordada por esta materia en el caso estudiantil, y las declaraciones que hace algunos años culpaban a la administración de Felipe Alessandri de provocar estos hechos, hoy simplemente desaparecieron, aunque sin ninguna explicación decente.

Este nuevo desafío abrirá la grieta entre quienes justifican la violencia y quienes no. ¿Qué alma del gobierno prevalecerá?

José Francisco Lagos

Director Ejecutivo Instituto Res Publica