La semana pasada la comisión de Constitución de la Cámara de Diputados puso en tabla seis mociones parlamentarias que buscan posibilitar un nuevo retiro de fondos de las cuentas individuales administradas por las AFP. Se podría pensar que después de los desastrosos efectos económicos que produjeron los tres retiros aprobados por el Congreso en los años 2020 y 2021, habría un rechazo total o a lo menos más transversal hacia esta pésima política pública.
Sin embargo, algunos parlamentarios no aprenden. El diputado Félix González señaló: “mayor liquidez es un factor inflacionario, pero es una falsedad plantear que la inflación que tenemos es producto de los retiros”. Pamela Jiles no se queda atrás: “la inflación no tiene nada que ver con los retiros”. Por supuesto que la evidencia demuestra todo lo contrario. De acuerdo al Banco Central, dos tercios de la espiral inflacionaria que sufre nuestro país -que en 2022 fue de un 12,8%- son resultado de factores internos, entre ellos, los retiros y el aumento sostenido del gasto público. Y según la Superintendencia de Pensiones, la suma de los tres retiros implicó un deterioro de los fondos previsionales por US$ 53.166 millones, quedando casi cuatro millones de chilenos sin ahorro alguno.
Como en toda medida populista e irresponsable, los más perjudicados son las personas vulnerables; que no tienen fondos en sus cuentas, sufren con mayor intensidad el alza de precios y se ven privados de acceder a créditos razonables por las elevadas tasas de interés. Hace un tiempo, todo Apruebo Dignidad impulsó con entusiasmo los retiros, el objetivo era claro: obtener réditos electorales y destruir el modelo de pensiones basado en la cotización individual; todo era válido con tal de desmantelar el sistema “neoliberal”.
Los tiempos cambian y urge que Chile recupere la senda del crecimiento, la creación de empleos y la responsabilidad fiscal. Para ello es necesario políticas serias y bien pensadas, que atraigan la inversión y fomenten el emprendimiento. Sólo así se logran empleos formales, mejores sueldos y surgen oportunidades; en otras palabras, solo así las personas pueden salir de la pobreza y mejorar sus condiciones de vida. Desde octubre de 2019 hemos experimentado algunas de las peores políticas públicas de los últimos 40 años y los retiros son el paradigma. Es hora de que la clase política, partiendo por el propio presidente y su coalición, se ponga a la altura y demuestre que de los errores se aprende. Chile lo merece.
Agustín Quera Marcet. Dirección de Contenidos Instituto Res Publica.
