El Partido Republicano ganó en 253 de las 346 comunas, Unidad para Chile en 65, Chile Seguro en 26 y Todo por Chile en dos. ¿Puede ser un adelanto de lo que va a pasar en las municipales?
"Si bien hay una señal respecto del apoyo de cada una de las fuerzas políticas, es difícil extrapolar cien por ciento el escenario", responde el abogado y especialista en estudios políticos, José Francisco Lagos, director ejecutivo del Instituto Res Pública.
"La elección municipal es de carácter más mayoritario que proporcional. Aquí, muchas de las listas que ganaron lo hicieron con más votos que sus competidoras, pero no con cifras tan mayoritarias como para que, por ejemplo, les alcance para tener el 50 por ciento más uno en todas las comunas donde se impusieron", explica, introduciendo un elemento de suspenso en torno a los comicios locales del próximo año.
El hecho que desde 2004 llega a la Presidencia quien gana las municipales, le parece una tendencia que tiene lógica porque, además del carácter de la elección, los alcaldes electos también se transforman en promotores de las ideas que representan. El directivo del centro de estudios de centroderecha opina que el mapa político reconfigurado el 7 M "es como un gran preámbulo de lo que puede pasar".
Espacio para acuerdos
-¿Las derechas podrán alcanzar acercamientos y acuerdos en el Consejo y el Parlamento tras sus públicas diferencias?
- Pienso que no hay opción a no alcanzar acuerdos, entre otras cosas por el historial que ha tenido la relación entre las derechas, en el sentido de que no hay una diferencia programática tan importante en uno y otro lado, son diferencias más bien prácticas o concretas, sobre todo entre Republicanos y varios sectores de Chile Vamos. Pero además, me parece que la discusión constitucional es mucho más general que la discusión de políticas públicas. Por lo tanto, es más "fácil" llegar a acuerdos en el primer aspecto que en el segundo.
- ¿Ve riesgos de que algún sector ceda a la tentación de pasar la aplanadora en el Consejo, o la experiencia de la Convención fue ejemplarizadora?
- Yo creo que varios terminaron curados de espanto. Son evidentes los errores que no hay que cometer, y así al menos se ha reflejado en las declaraciones que han formulado principalmente desde el Partido Republicano. Ahora, estas declaraciones no aseguran el comportamiento de los 23 consejeros constitucionales, pero me parece que si se mantiene la misma actitud que ha tenido, por ejemplo, el comisionado experto Carlos Frontaura, que ha sido más bien de bastante colaboración, no va a primar ese espíritu refundacional que vimos en la Convención Constitucional.
MAYOR RESPONSABILIDAD
- Las declaraciones del presidente del PC en el sentido de que no descarta "que se instale de nuevo una opción rechazo", ¿adelantan que parte de la izquierda la promoverá?
- Yo creo que está haciendo una advertencia grave y que es bastante antidemocrática, en el sentido que como la mayoría de los chilenos les negó la opción de ser mayoría en este Consejo Constitucional, empiezan a desconocer el proceso mismo. Una de las particularidades que tuvo la oposición en la Convención Constitucional, en este caso las distintas derechas, y después también sectores importantes de la centroizquierda, fue que si bien se opusieron al contenido, no hubo un desconocimiento del proceso. La gracia de tener el plebiscito de salida en diciembre es que va a eliminar cualquier duda respecto a la legitimidad del contenido de la posible nueva Constitución. Y están en su derecho a que, si no les gusta el contenido, decidir mantener la Constitución vigente tal como dice la norma constitucional.
- ¿La posibilidad de un rechazo sería un golpe a la línea de flotación de la apuesta de Republicanos por La Moneda, ya que sobre ellos descansa la conducción del proceso?
- Pienso que aquí se abre un desafío y eso es importante entenderlo: quien tiene un mayor poder tiene una mayor responsabilidad. Dada la magnitud del triunfo, a mi juicio no hay espacio para desconocer que la conducción del proceso constitucional está en Republicanos. Eso no quiere decir que sean los únicos llamados a llegar a acuerdos, porque hay otras fuerzas, entre ellas Chile Seguro pero también parte de la izquierda, que tienen la misma obligación de hacerlo.
CENTRO POLÍTICO
- ¿Qué queda para el centro político, que fue arrasado en esta elección? ¿Chile dejó de ser un país de centro y ahora es pendular y polarizado?
- Las elecciones reflejan un momento político determinado y no significa que, necesariamente, las personas adscriban a todo el proyecto político de quienes ganaron. Hay una tendencia y un patrón respecto a la consistencia del resultado del plebiscito del 4 de septiembre con el de la elección del 7 de mayo, eso es verdad, pero me parece que se está respondiendo a un fenómeno más bien coyuntural que a un cambio estructural en la sociedad. También hay que considerar que antes las elecciones las determinaban muchísimo menos personas que los 12.5 millones que ahora concurrieron a las urnas. Y eso exige que los análisis haya que hacerlos con más calma, porque aún nos falta información. Vamos a tener bastantes elecciones de aquí a un par de años para poder ver si esto se transformó en una tendencia definitiva o corresponde a un fenómeno coyuntural.
-¿Qué le pasó a RN, que sacó solo cuatro consejeros?
- A mi juicio, Republicanos pudo capitalizar de mejor manera lo que significaba ser oposición. Creo que el discreto resultado de Chile Vamos responde a una apuesta que salió mal. Algunos dicen que están pagando los costos de ser dialogantes, pero también fue una opción adoptada con una lógica electoral, aspirando a que creciera su electorado y no al contrario, como algunos dicen ahora, asumiendo la dificultad o el costo que implica llegar a acuerdos. Me parece valioso que en los partidos se empiece a ver una especie de movimiento respecto a poder dar cuenta de si la decisión que tomaron era la correcta o no. Aquí no hay personas infalibles, todos en política se pueden equivocar.
NUDOS DE DISCUSIÓN
- ¿Dónde van a estar las principales discrepancias al interior del Consejo?
- Creo que hay dos temas fundamentales. Primero, el diseño del sistema político y eso implica cómo va a ser el carácter presidencialista del país, que parece haber consenso entre los expertos en mantener. Asimismo, hoy se identifica la atomización de las fuerzas políticas en el Congreso como un gran problema, ya que 21 partidos con representación parlamentaria parece un exceso para un país como Chile; en eso hay diagnósticos y se está analizando cómo atenuar esa situación a través de algunas medidas, como el umbral del 5% de votación para que los partidos puedan tener representación en el Congreso.
- Y el segundo tiene que ver con los derechos sociales…
- La otra gran discusión va a estar centrada en los derechos sociales, qué significan y cuál es la magnitud del compromiso del Estado respecto a una garantía explícita como un derecho. Pienso particularmente en el derecho a la vivienda, al medio ambiente, que son difíciles de ejecutar inmediatamente y parecieran ser más bien aspiraciones.
- ¿Allí va a radicar la confrontación ideológica?
- Creo que ahí habrá un enfrentamiento entre posiciones distintas respecto a la sociedad. Y en materia de derechos sociales, se va tener que discutir quién es el encargado de proveerlos, cuál es el rol de los particulares y del Estado, que es finalmente la discusión entre Estado social de derecho y Estado subsidiario, si son compatibles o no. Esas dos grandes líneas me parece que van a ser las más cuestionadas. Otras que sí lo fueron en el proceso anterior y que ahora no lo serán, gracias entre otras cosas a las 12 bases constitucionales, son el Estado unitario, el Poder Judicial, el Banco Central y su autonomía sin medias tintas.
- ¿Qué va a pasar con el Gobierno después de esta derrota?
- Es difícil saberlo, pero lo primero que debería tener es un buen diagnóstico respecto a los resultados de la elección, y eso requiere acusar recibo y no intentar baipasearlos. Eso significa que si bien no cambia el norte, como dijo el Presidente, evidentemente hay que cambiar ciertas actitudes y ciertos rumbos de cómo se está administrando el Gobierno. A mi juicio, el gran problema que hoy día tienen Gabriel Boric y su coalición, es la falta de credibilidad. En sus declaraciones del domingo les dice a Republicanos que "no cometan el mismo error que cometimos nosotros", pero con los mismos antecedentes que tenía, las mismas tendencias que había, llamó a aprobar y respaldar el proceso constitucional anterior. Entonces, uno no sabe si es por necesidad o por convicción legítima. Lo otro es que parece que la izquierda no se ha puesto de acuerdo respecto a cuánto quiere avanzar en cuestiones que son importantes para la ciudadanía, como la seguridad. Recordemos que cuando el Gobierno estaba impulsando la Ley Nain-Retamal, el diputado que preside el partido donde milita el Presidente estaba manifestándose afuera del Congreso. Ese tipo de discrepancias son poco sostenibles. 2