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OPINIÓN

Alejandro San Francisco: Boric y los tiempos de unidad nacional

Es verdad que este 2023 Chile requiere de unidad para enfrentar los desafíos constituyentes o en materia de pensiones, la delincuencia extendida o la urgencia del crecimiento económico, todo lo cual, por cierto, no excluye la discrepancia, la libertad de pensar distinto ni la lucha política en democracia. No obstante, también lo requería el 2019 para combatir la delincuencia y la destrucción, el 2020 para enfrentar la pandemia y el 2021 para cuidar la democracia y perfeccionar el modelo de desarrollo económico.

A pesar de sus logros indudables, Chile ha sido un país que ha tenido momentos de profundas divisiones a lo largo de su trayectoria histórica. Las guerras civiles del siglo XIX y los golpes de Estado en el siglo XX son muestras elocuentes de aquello.

Como es obvio, dichos quiebres institucionales y políticos no se produjeron de un día para otro, sino que se surgieron por la erosión de la convivencia cívica, los grados crecientes de odio político, la polarización y la apelación a la resolución violenta de la crisis. Pipiolos contra pelucones, balmacedistas contra congresistas, alessandristas contra parlamentaristas y los partidarios de la revolución socialista contra sus detractores. En todos los casos hubo instantes en que el problema pareció tener una solución institucional, pero la realidad superó esas legítimas expectativas, triunfó la división y se produjo la ruptura institucional.

La unidad nacional es uno de los mayores bienes que puede tener la sociedad política. No se trata de aspirar a una ridícula homogeneidad racial, a la falta de libertad política o tener la obligatoriedad de suscribir un solo tipo de ideas, al más puro estilo de otros tiempos con concepciones diferentes, de la aplicación a la fuerza de los regímenes totalitarios o de las amenazas más recientes a la libertad. La unidad nacional, por el contrario, es un ejercicio de libertad, una decisión deliberada de enfrentar el futuro de una sociedad mediante la mantención de un proyecto común, reconociendo una trayectoria y un presente compartidos.

El mensaje del Presidente Boric 

El tema ha recobrado importancia esta primera semana de junio, debido a los comentarios y advertencias del Mensaje del Presidente Gabriel Boric ante el Congreso Pleno. En diversos momentos el discurso hizo referencias a la unidad y a la división existentes en Chile, a las consecuencias negativas que produce la discordia y las eventuales ventajas que tendría para el país enfrentar con unidad muchos de los desafíos que tiene por delante. Lo dicho vale para el proceso constituyente y para otras reformas legales, así como también para diversos objetivos que tiene la sociedad en la actualidad.

Por ejemplo, el Presidente de la República aseguró que la Convención Constitucional “lamentablemente, no hizo suya la necesidad de encuentro, unidad y entendimiento que esperaban las chilenas y chilenos, generando un clima de intolerancias recíprocas y enfrentamientos que terminaron en el rechazo a la propuesta que de ella emanó”. Adicionalmente, manifestó que mirado en retrospectiva, “debimos haber sido más firmes ante las señales de alerta, promovido y exigido mayor diálogo y consenso transversal tanto dentro de la Convención, como respecto de ella con la sociedad”. 

En otro plano, el Presidente llamó a actuar con unidad ante “el flagelo de la violencia”, manifestando que la delincuencia debe ser enfrentada “con unidad, no con división”. Al respectó reflexionó: “Estoy convencido que nuestra unidad es el arma más poderosa frente al crimen. Por eso éste trata de dividirnos: de corromper nuestras instituciones, de sembrar la desconfianza, de esparcir la frustración y la impotencia”. Finalmente, aseguró que así como la división “es el combustible de la inseguridad”, la unidad debe ser su antídoto.

En el plano local, el Presidente Boric valoró el cambio producido entre su llegada al gobierno y la actualidad, valorando que “las tendencias disolventes se han comenzado a revertir” y que la democracia chilena se encuentra mejor parada. El gobernante concluyó su introducción con una interesante consideración: “Quizás algunos de ustedes no estén de acuerdo con este balance y prefieran observar la parte vacía del vaso, no la llena. Lo entiendo. Sólo les pido que comprendan que nuestro país pasa por un momento en que necesitamos más lucidez, no más rabia; más inteligencia, no más encono; más colaboración y menos confrontación”.

Consistencia política y unidad

Me parece que es necesario reflexionar sobre el tema de fondo: la unidad nacional y sus desafíos, los deberes de los actores políticos y el sentido profundo de las cosas, saber cuándo es momento de unidad y cuándo lo es –supuestamente– de confrontación. Es decir, resulta clave superar la pequeñez, la odiosidad permanente y ausencia de sentido nacional, que se produce cuando se privilegia el partidismo, la mirada estrecha y la ventaja inmediata, habitualmente alimentados por la contradicción permanente y esterilizadora. ¿Cómo se compatibiliza este pensamiento con la realidad política? ¿Es posible tener esperanzas en que las apelaciones a la unidad caerán en tierra fértil?

El llamado del Presidente Gabriel Boric es serio, importante y necesario; debemos pensar, además, que es sincero. Sin embargo, también es realidad que una “constitución partisana” –el concepto está utilizado en el Mensaje del 1 de junio– como la que promovió la Convención no sólo fue apoyada por el gobernante, sino que tuvo al Ejecutivo desplegado para su aprobación. En otro plano, el Frente Amplio y el Partido Comunista ejercieron poco tiempo atrás una oposición cerril y muchas veces intransigente, que promovió numerosas acusaciones constitucionales contra el presidente Sebastián Piñera y sus ministros, procuró establecer un parlamentarismo de facto y apoyó normas como los retiros. En otras palabras, el giro o la interpretación sobre el discurso presidencial del 1 de junio podría ser el siguiente: hoy es hora de colaboración y no de confrontación, hace dos, tres o cuatro años la cosa era diferente; hoy se necesita más lucidez, quizá ayer era entendible la rabia; la inteligencia que reclama el actual gobernante debe dejar en el pasado el encono. ¿Por qué? Porque eso es lo que necesitaría Chile hoy.

En este tema tan relevante es necesario pasar de la interpretación circunstancial a la convicción política sólida, y de la posición interesada –sea en el gobierno o en la oposición– a una postura más consistente, cualquiera sea la función o posición política que se ejerza. Valorar la unidad nacional, tener visión de Estado o comprender que los temas cruciales del progreso social requieren grandes acuerdos, por lo que no debe ser una definición interesada, sino una convicción genuina. Es verdad que este 2023 Chile requiere de unidad para enfrentar los desafíos constituyentes o en materia de pensiones, la delincuencia extendida o la urgencia del crecimiento económico, todo lo cual, por cierto, no excluye la discrepancia, la libertad de pensar distinto ni la lucha política en democracia. No obstante, también lo requería el 2019 para combatir la delincuencia y la destrucción, el 2020 para enfrentar la pandemia y el 2021 para cuidar la democracia y perfeccionar el modelo de desarrollo económico. 

Paralelamente, hoy también se necesita el mismo espíritu en otras materias. Unidad para enfrentar una reforma de pensiones nacional y no partisana, para dar vida a un sistema educacional abierto y de calidad, para enfrentar con decisión esas rémoras que impiden desplegar las capacidades de alcanzar un efectivo desarrollo económico y un progreso social adecuado. Para ello, me parece, el discurso del presidente Gabriel Boric ha tenido algunas ideas valiosas y en la línea correcta. Sin embargo, deben ser consistentes en el tiempo, porque la unidad nacional no es una opción de circunstancia, sino una condición vital y una base fundamental para el futuro de Chile. En otras palabras, siempre es tiempo de unidad nacional.


Alejandro San Francisco, director de Formación Instituto Res Publica


Publicación tomada de: https://ellibero.cl/opinion/al...