Hubo una alternativa que recogía la visión del gobierno en un sistema de pensiones, fue plebiscitada y los chilenos la decidieron rechazar.
Nuestro país lleva bastantes años discutiendo sobre materia previsional y la verdad es que ha sido un debate bastante infructuoso, principalmente por la incapacidad de resolver el problema por parte de los gobiernos y oposiciones que ha habido los últimos años.
Por supuesto que no es un tema fácil, de hecho la gran mayoría de los países se plantea constantemente la misma pregunta, debido a los cambios importantes que ha vivido la población mundial durante las últimas décadas.
Sin embargo, pareciera que hemos sido particularmente incapaces de articular una propuesta para mejorar las pensiones de los chilenos, con la honrosa excepción de la Pensión Garantizada Universal (PGU). La pregunta es, ¿por qué hemos abordado tan mal esta materia? ¿No hay una mayoría técnica que indique qué deberíamos hacer respecto a las pensiones de los chilenos?
Muchos de los desafíos que enfrenta nuestro sistema de pensiones tienen una solución conocida, por supuesto algunas de ellas no son fáciles de aplicar, pero sabemos cuáles son los problemas y cuáles son las soluciones, lo que es un punto de partida escaso en la mayoría de las políticas públicas. ¿Qué nos falta para aplicar lo que hay que hacer?
La respuesta es que la cancha de la discusión de las pensiones está completamente ideologizada. Al igual que nos pasó con educación, hay un sector político que le dejó de importar la calidad y las prioridades educacionales de nuestro país y privilegió avanzar en aspectos meramente administrativos, como la desmunicipalización y el fin del lucro, de la selección y el copago.
Esta situación se está repitiendo en pensiones. Pareciera que algunos dejan fuera de la ecuación, que el objetivo es lograr las mejores pensiones posibles para todos los chilenos de forma sostenible en el tiempo. Una de las personas que aparentemente deja este objetivo fuera de la ecuación es la Ministra del trabajo, Jeannette Jara. Sus recientes declaraciones en que señala que serían sectores de la derecha más extrema quienes están proponiendo que el 6% de aumento de la cotización vaya a sus cuentas de ahorro individual, es desconocer la opinión de los chilenos, e ignorar los últimos resultados electorales en nuestro país.
Hubo una alternativa que recogía la visión del gobierno en un sistema de pensiones, fue plebiscitada y los chilenos la decidieron rechazar. La insistencia del gobierno en su propio proyecto, sin escuchar a la mayoría de los chilenos, negándose a la posibilidad de mejorar las pensiones de quienes más lo requieren, están logrando algo lamentable: que nuevamente un gobierno no avance en una reforma que logre el desafío de dar mejores pensiones para todos los chilenos.
José Francisco Lagos, Director ejecutivo del Instituto Res Publica