Hace pocos días, surgió el rumor que el famoso cantautor español José Luis Perales había fallecido. Inmediatamente él mismo salió a desmentir esa información con un video posteado en sus redes sociales, porque se había viralizado.
Cuando muere un artista, una reacción natural es buscar su repertorio para acordarnos de sus canciones. Una de las muy buenas canciones de Perales es “¿Y cómo es él?”, que trata sobre un padre que se entera de la relación amorosa de su hija.
Mientras todo esto ocurría en las redes sociales, la Presidenta Bachelet exponía en el Consejo Constitucional. Una de las declaraciones de la expresidenta fue que, si del proceso constitucional termina algo como el borrador preparado por los expertos, ella votaría a favor de esa propuesta.
Esta declaración es particular no solamente porque lo dice una expresidenta, sino también porque marca un continuo en lo que han señalado diversas personas de izquierda y algunos de centroizquierda.
Lo primero, es que muchos de aquellos que fueron reacios a la incorporación de expertos dentro del proceso constituyente, argumentando que sería una limitación a la soberanía del pueblo, son hoy quienes más defienden ese anteproyecto.
En segundo lugar, si uno seguía la discusión dentro de la comisión de expertos, sabe que dejaron varios temas importantes sin resolver, a la espera de la elección de consejeros, por lo que es evidente que al anteproyecto se le va a incluir e intentar resolver aspectos que son importantes en materia constitucional que explícitamente los comisionados expertos dejaron para que fueran resueltos por los consejeros electos.
Por último, es bastante particular que quienes promovieron, como la expresidenta Bachelet, una alternativa constitucional como el proyecto presentado por la derrotada Convención, nos digan que el estándar es el anteproyecto de los expertos, cuando se opusieron activamente a aspectos que quedaron materializados en el actual borrador y que muchos provienen de la institucionalidad actual.
Esto parece ser más una estrategia que esconde una cuestión de fondo: hay una parte de la izquierda que quiere limitar lo más posible la acción de los consejeros constitucionales porque su composición no les gustó. Lo que ayer era una virtud, hoy es indeseable.
Lo anterior es tan gráfico, que hemos llegado al absurdo de que algunos promotores de la propuesta de la Convención Constitucional señalan que la actitud de algunos consejeros actuales se asemeja a la de la Convención y que por eso hoy estarían oponiéndose al proyecto que aún no se redacta.
Chile merece un debate honesto, en el que no se disfracen argumentos de forma cuando lo que verdaderamente molesta es el fondo. Un fondo que varios reflejaron transparentemente en el proyecto de Constitución presentado por la Convención Constitucional. ¿En qué lugar se enamoraron tanto del anteproyecto de los expertos?
Por José Francisco Lagos, director ejecutivo Instituto Res Publica